Chetumal, 21 de diciembre de 2021.- El análisis realizado por grupos ambientalistas y promotores del cuidado de la laguna de Bacalar, establece las “pobres” políticas públicas para su preservación.
La falta de drenaje sanitario, el escurrimiento de lixiviados por basura, el uso de pesticidas en la agricultura cercana y la sobre explotación turísticas. Esos son los cuatro factores importantes que, mantienen en alto riesgo el ecosistema lagunar ante la falta de un ordenamiento. Pero especialmente por el desinterés u omisión de los tres niveles de gobierno.
Esa es la conclusión a la que llegaron organizaciones ambientalistas no gubernamentales agrupadas en el colectivo “Agua Clara por Bacalar”. Presentaron el estudio realizado en diversas áreas de la laguna de siete colores. Participan instituciones como la UNAM, ECOSUR, CINVESTAV, y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura.
Marco Jericó Nava Martínez, del Consejo Bioregional de Bacalar, explicó que por las corrientes de aguano se puede determinar un nivel permanente de contaminación. Sin embargo sí se puede advertir niveles importantes de E. Coli, indicadores fuertes de contaminación por aguas residuales o por residuos de animales.
El documento fue entregado a diversas dependencias del Gobierno del Estado y de la federación, así como a los ayuntamientos de Othón Blanco y Bacalar. Se indican las acciones más representativas pero insuficientes: un boyado para delimitar áreas de navegación y la interrupción de la navegación un día a la semana.
La federación, a través de la Semarnat, Profepa y la Capitanía de Puerto, no ha emitido ninguna norma regulatoria. Por ello los prestadores de servicios turísticos locales operan en la anarquía.
Se lee que el Gobierno del Estado y los ayuntamientos que comparten la laguna poco han realizado para establecer filtraciones de aguas negras o lixiviados. No completaron los sistemas de drenaje y los depósitos de basura necesarios y suficientes para proteger este importante cuerpo de agua.