Un niño de siete años de edad, de nacionalidad estadounidense, se ahogó en una alberca del hotel Barceló Maya Palace. Fue llevado a una clínica privada, en la que se notificó su muerte.
El menor, de iniciales M. C., se había lanzado en un tobogán a esta alberca, en la que se zambulló, pero sin volver a emerger. Esto pasó desapercibido por no existir supervisión en este lugar.
Eventualmente, el cuerpo inconsciente del menor fue sacado de esta alberca, ya sin respirar.
Aunque era probable que el menor ya estuviera sin vida, el personal del hotel llamó a una ambulancia particular. Trasladaron al niño a la clínica Hospiten, sin dar aviso a las autoridades, evitando así que se marque el deceso como ocurrido en sus instalaciones.
Personal de la clínica comprobó al arribar el infante que ya había fallecido. De todas formas admitieron su ingreso y dejaron pasar casi una hora hasta hacer la llamada al 911 para informar de ello a Seguridad Pública.
Los padres del menor, de nacionalidad cubana, aunque residentes de Florida, Estados Unidos, cancelaron su viaje de regreso, pues tienen la intención de demandar al hotel.
Este caso ocurre una semana después que un niño recibió una descarga eléctrica en una alberca del parque acuático Ventura Park, en Cancún. La madre de este menor denunció que la empresa se negó a llamar a una ambulancia, debiendo ella contratar una.
Otros casos
En abril del año pasado, un niño falleció luego de ser succionado por un filtro en una alberca del parque Xenses.
El padre del menor denunció que la empresa impidió el traslado del menor a otra clínica fuera del estado. Además un vice fiscal de la Fiscalía General del Estado lo presionó y lo mantuvo encerrado por seis horas para que firmara el perdón a la empresa, como condición para recibir el cuerpo de su hijo.