Cancún.- Casandra era una niña muy activa, que pasaba gran parte de su tiempo jugando con amigos, hasta que a los 12 años comenzó a sentirse cansada. En poco tiempo, este cansancio fue seguido de vómitos, al grado de quedar en cama, pálida y sin poder comer. Su familia la llevó al hospital, donde le llegó la terrible noticia: leucemia.

Siguió un proceso tortuoso, de quimioterapias e idas a Mérida, algo que su familia, de escasos recursos, no habría logrado. Por fortuna contaron con el apoyo de la Asociación Mexicana para Ayuda de Niños con Cáncer (AMANC). Hoy, tres años después, Casandra, ya una joven mujer de 15 años de edad, con alegría tocó una campana, símbolo de haber superado la enfermedad.

La menor realizó este acto simbólico durante la entrega a la AMANC, igualmente simbólica, del dinero recaudado en las tiendas de la cadena Oxxo, a través de su programa de redondeo, el que sumó un millón 30 mil pesos.

«Cuando me pusieron quimio, no quería, pero salí, salí y pasó», declaró la adolescente, quien lucía ya totalmente recuperada y alegre.

En entrevista, mencionó que a causa de su enfermedad, se la pasaba en cama, donde vomitaba mucho.

Sobre la AMANC, explicó que ellos les pagaron su tratamiento.

«Llegamos a Mérida y le hablamos a Almita (Reyes, trabajadora social de estafundación), quien dijo ‘yo te saco de esto'», rememoró la joven.

Su madre, María Elena Olivo Hernández indicó que después de recibir el diagnóstico, fueron contactados por esta fundación, quienes habían sido informados de su situación por el hospital.

«Me siento bien orgullosa, porque esta canija salió adelante. Luchamos por ella y ahora mi hija está bien», dijo con convicción. «Quiero decirle a todos los niños que le echen ganas, porque el cáncer es muy pesado, pero pueden vencerlo».

La trabajadora social que los acompañó en estos tres largos años, Alma Reyes, indicó que ahora sigue un proceso de vigilancia, que durará otros tres años. Si no hay un regreso de la enfermedad en ese tiempo, podrán decir que esta menor ya venció definitivamente al cáncer.

Actualmente, añadió, atienden a 44 niños de Quintana Roo de manera directa, además de auxiliar a otros 80 de forma indirecta, a través de la Secretaría de Salud. La mayoría son de 7 a 10 años, pero las edades varían desde los dos hasta los 20 años. Incluso, recordó, recibiero a un bebé de apenas meses de Felipe Carrillo Puerto, ya con diagnóstico de cáncer.

Un tratamiento tiene un costo promedio de 800 mil pesos, pero estas personas son de escasos recursos, por lo que deben hacer la difícil labor de buscar donativos, afortunadamente, sí hay gente que coopera con lo que puede.

Cuestionada sobre su futuro, la pequeña Casandra dijo que ahora quiere crecer para ser enfermera.

«Así como me ayudaron, yo también quiero ayudar», dijo, rompiéndose la voz

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