Toby, un perrito de dos años de edad que vivía en Cuba junto a su dueña demostró ser muy valiente y obediente luego de emprender una travesía en balsa que lo llevó hasta Estados Unidos.
Así lo contó su dueña, Mariana Fernández León, quien salió de su natal Cuba junto a su hermana Yaneris Redondo León; luego de que ambas recibieran una condena por participar en las protestas contra el gobierno del pasado 11 de julio del 2021.
Mariana sabía que si abandonaba la isla era para no volver y dada su situación jurídica se negaba a quedarse y ser presa de las autoridades que la habían sentenciado a trabajo comunitario en libertad, contrario a su hermana que enfrentaría prisión.
Las hermanas prácticamente fueron orilladas a vivir exiliadas de su tierra, pero no se irían solas, pues afirman “La familia no se deja atrás” y Toby, el perro, no solo es un integrante más de su familia, también es “el más consentido”.
Perrito balsero
Si dejar el país como migrante ya es una situación complicada, con un perrito resultó una verdadera travesía.
“Por la situación que yo tenía en Cuba yo sabía que cuando viniera Estados Unidos no podría regresar. Tenía miedo de dejarlo porque él es un perrito muy sensible, muy delicado con el tema de la alimentación y sabía que nadie lo iba a tratar como yo lo hacía. Entonces decidí traerlo conmigo”, explicó Mariana a CiberCuba.
Las jóvenes viajaron junto a Toby por el estrecho de Florida y, pese a verse rodeado del océano, Toby se portó bien.
“Al principio fue un poquito complicado porque tuve que nadar con él para montarme en el barco y como éramos yo y mi hermana, mi hermana se montó primero y cuando yo vi que ella se montó le dije ‘Tata, corre, coge al perro’, ella agarró a Toby y entonces yo logré subirme a la embarcación”.
Él es Toby
El viaje en balsa despertó la curiosidad de Toby que, en momentos, se comportaba un tanto nervioso, más cuando tuvo que nadar un poco hacia tierra firme pero su valentía y obediencia lo ayudaron.
Al llegar a Cayo Marquesas, Toby fue separado de su dueña porque debía cumplir con un periodo de aislamiento de 28 días en un Centro de Control de animales en Cayo Hueso.
“Llamaba a donde lo tenían y me hablaba muy bien de él, me decían que estaba muy bien, tranquilo, que allí recibía todas sus atenciones”, recuerda Mariana, quien el pasado 13 de noviembre empezó una nueva vida en Estados Unidos.
Y vaya que se portó bien, pues cuando llegó el día de reencontrarse, Toby corrió emocionado hacia ella y recibió un kit de bienvenida con una camita, algunos juguetes, alimento y sus vacunas completas.
“Él es mi familia y la familia no se deja atrás. Yo soy incapaz de dejarlo, incapaz de soltarlo”.
De esta manera, la familia pudo comenzar una nueva vida juntos y Toby se está acostumbrando a su nueva comida en croquetas porque en Cuba casi no podían comprarle este tipo de alimento.
(Con información de Plumas Atómicas)