Después de 22 años de existencia, este viernes el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai) llegó a su fin.
El organismo creado en 2003, que permitió destapar casos de corrupción como Odebrecht y Estafa Maestra, desapareció por las reformas impulsadas y aprobadas por Morena y aliados.
El Inai será sustituido con un nuevo sistema -no autónomo- que estará a cargo de Transparencia del Pueblo, órgano que dependerá de la secretaría Anticorrupción y de Buen Gobierno.
María Marván Laborde, expresidenta del Ifai (después Inai), subraya que el organismo fue «indispensable» para conocer muchos casos importantes de corrupción en el gobierno.
“El trabajo del Inai es el de una institución que se tomó muy en serio lo que había que hacer (a pesar) de las resistencias burocráticas para entregar la información; ordenó (entregar) información de muchísimos casos importantes, como Ayotzinapa, la Casa Blanca”, observa.
Marván lamenta la extinción del Instituto, pues fue resultado del trabajo de organizaciones sociales, académicos, periodistas y actores políticos.
La analista política, Xóchitl Pimienta Franco, asegura que la extinción del Inai es un retroceso en materia de transparencia; además, alerta que se debilitan los mecanismos de redición de cuentas y que “podría aumentar la opacidad” gubernamental.
La también profesora del Tecnológico de Monterrey, duda si la secretaría Anticorrupción y el organismo desconcentrado “Transparencia para el Pueblo” operarán de forma autónoma, que era una de las características principales del Inai.