La fauna salvaje en Quintana Roo se ha visto obligada acercarse cada vez más a las manchas urbanas en busca de agua. Como consecuencia de las altas temperaturas y la intensa sequía. Lo reveló Enrique Escobedo, coordinador de la Unidad Chetumal del Colegio de la Frontera Sur.


El investigador señaló que no se ha llegado al caso extremo de mortandad, como sucede en Tabasco con los monos aulladores. Sin embargo, sí se ha visto un desplazamiento que pudiera poner en peligro a algunas especies, principalmente aves y pequeños mamíferos.


Pues refirió que, en su acercamiento a los centros poblacionales, los animales silvestres corren el riesgo de ser cazados por el ser humano. Ya sea para comercializarlos, o sacrificarlos para consumir su carne, que es tema común en la Península de Yucatán.
Externó el entrevistado que existen un número considerable de reportes de ejemplares que se han acercado incluso a la ciudad con problemas de deshidratación buscando el vital líquido.


Al no contar con agua, el sistema inmunológico de estos animales se debilita y aparecen las enfermedades, lo que también les sitúa en riesgo latente de mortandad, subrayó.

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