Quintana Roo desfortunadamente se encuentra en alerta de género desde 2017. Desde ese momento la entidad debió desarrollar mecanismos para revertir la situación.

Sin embargo, las estadísticas indican que la desaparición de niñas, adolecentes y mujeres no solo no se ha erradicado, se ha disparado.

la implementación del Protocolo Alba y Amber, la incorporación de la perspectiva de género y la lucha contra los prejuicios y estereotipos basados en género para la atención de los casos no han resultado.

La desaparición de niñas, adolescentes y mujeres ocurre de manera persistente en contextos particulares, donde la vulnerabilidad aumenta ligada a la presencia del crimen organizado.

El feminicidio, la trata de personas, el secuestro, el reclutamiento y utilización de las niñas y la violencia sexual están cubiertos bajo la DESAPARICIÓN porque quien agrede busca seguir impune.

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