El ciclón tocó tierra como categoría 2 el viernes, con vientos de hasta 175 kilómetros por hora (km/h).
A medida que avanzaba por la península mexicana el fenómeno bajó de intensidad hasta convertirse en una tormenta tropical, mantuvo en alerta a más de dos millones de residentes de la zona, afectando a los balnearios turísticos de Cancún y de Tulum.
Cientos de turistas fueron evacuados de hoteles a lo largo de la costa de la península y más de 3.000 personas abandonaron Isla Holbox, frente a la costa, según las autoridades locales.
Las zonas arqueológicas de Yucatán y del vecino estado de Campeche fueron cerradas temporalmente, informó el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Además de dejar un rastro de destrucción a su paso, el huracán Beryl también batió récords. Es el primer huracán que alcanza la categoría 5, la más alta, tan temprano en el mes de julio.