Dominique Pelicot, el hombre que está siendo juzgado en Aviñón (sureste de Francia) por haber drogado durante años a su mujer para que otros abusaran sexualmente de ella en estado inconsciente, ha sido hospitalizado este martes, lo que deja en suspenso su declaración y la continuidad del proceso.

Su abogada, Béatrice Zavarro, contó a la prensa en un receso del juicio que había sido informada de que Pelicot, de 71 años, había sido hospitalizado para recibir atención sanitaria.

Zavarro explicó que su cliente había empezado a tener los primeros síntomas el pasado viernes de “una infección urinaria, tal vez un cólico nefrítico” y dio a entender que “no recibió atención durante el fin de semana”.

Al comienzo de la audiencia de esta mañana, el presidente del Tribunal de lo Criminal de Vaucluse, Roger Arata, había indicado que el principal acusado no iba a poder declarar por la tarde, como estaba previsto, por un problema de salud, pero no se anticipó en ese momento sobre un eventual cambio del programa.

El lunes, Pelicot se ausentó poco después de iniciarse la sesión por la misma razón. Arata decidió solicitar esta mañana un peritaje para conocer exactamente su estado de salud para poder decidir.

Su abogada consideró “indispensable” el aplazamiento del proceso y rechazó las especulaciones que hubo esta mañana sobre una supuesta maniobra de su cliente para no declarar.

Afirmó que Pélicot “responderá a todas las preguntas” y que estaba “impaciente” de poder dirigirse a la que fue su mujer, Gisèle -están divorciados desde agosto- y a sus hijos, pero que entre tanto ha surgido este problema médico “que él no había programado”.

En todo caso, el juicio continúa y esta tarde interviene un perito que examinó el material informático incautado.

La sesión de la mañana sirvió para que Stéphan Gal, uno de los investigadores de la policía en los que se ha apoyado la instrucción, asegurara que no hubo consentimiento por parte de Gisèle Pelicot para ninguno de los 50 hombres que han sido identificados por haber tenido relaciones sexuales con ella en los archivos audiovisuales requisados a su ahora exmarido.

Gal recordó que estaba siempre bajo los efectos de los ansiolíticos que le administraba Dominique Pelicot y su estado de inconsciencia le anulaba completamente la voluntad.

Detalló que en algunas de las prácticas a las que se sometía a la víctima queda en evidencia que había sufrimiento incluso en ese estado, ya que en las grabaciones se le ve cómo se mueve o hace gestos de ahogarse, cuando por ejemplo alguno de los encausados le ponía el pene en la boca.

(Con información de Aristegui Noticias)

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