Chile inauguró el lunes su mayor planta solar, con 882 mil 720 paneles fotovoltaicos desplegados en una superficie equivalente a 370 canchas de fútbol, un nuevo símbolo en la estrategia oficial de ampliación del uso de las denominadas energías verdes que desarrolla el país sudamericano.
La planta privada CEME1 está ubicada en las cercanías de la localidad María Elena, en la región de Antofagasta, a 1 mil 400 kilómetros al norte de la capital Santiago. Es alimentada por la radiación solar del desierto de Atacama, el más árido del mundo.
Con una capacidad instalada de 480 megavatios (MW), el proyecto genera energía suficiente para el abastecimiento eléctrico de medio millón de hogares.
Esta planta, de la compañía Generadora Metropolitana -propiedad del grupo francés EDF y de la firma chilena AME (Andes Mining & Energy)- se extiende por una superficie de 435 hectáreas.
Según la Generadora Metropolitana, CEME1 cuenta con «altos estándares ambientales y moderna tecnología».
Los paneles tienen estructura fija de este-oeste, lo que le da un uso de suelo más eficiente que las plantas fotovoltaicas estándares, con una mayor capacidad instalada por hectárea.
Además, consume un 80% menos agua que otras centrales similares y contempla una línea de transmisión de aproximadamente 9.6 kilómetros, que se conectará al Sistema Eléctrico Nacional Chile.