Trabajadores y estudiantes de Tokio se mezclan diariamente junto a turistas en uno de los puntos de encuentro más concurridos de la ciudad japonesa y uno de los monumentos más visitados de la ciudad: la estatua del perro Hachiko en la estación de Shibuya, donde el día de hoy cumplirá 100 años esperando el regreso de su dueño.
Conocido mundialmente como “el perro fiel” por esperar cada día en la estación a su amo, Hidesaburo Ueno (1827-1925), a su llegada del trabajo, incluso una década después de su muerte, Hachiko, el Akita color crema, lleva años inmortalizado muy cerca del famoso cruce de Shibuya en una figura de bronce, obra del escultor Takeshi Ando y erigida en 1948.
Una de las tardes en las que Hachiko esperaba que Ueno regresara de impartir clases en el Departamento de Agricultura de la Universidad de Tokio, el profesor no llegó, pues había fallecido repentinamente a causa de una hemorragia cerebral.
Su mascota, que no perdió la esperanza de volver a verlo, siguió yendo a esperarlo cada día a la misma hora y al mismo lugar durante los siguientes casi diez años, convirtiéndose en una figura conocida y apreciada en todo el barrio de Shibuya hasta que falleció en 1935.
(Con información de Aristegui Noticias)