Chetumal, 18 de febrero de 2022.- Los afectos económicos negativos de la pandemia han generado una caída libre en los pequeños negocios de la capital del estado. Arrastran estela de deudas que no pudieron sostener.

Desde inicios de la pandemia muchos negocios de ellos han tenido que recurrir a préstamos para sostener en operación sus establecimientos.

Sin embargo, a dos años de distancia, la estela de efectos negativos sigue cobrando la factura a este sector productivo. El último remedio es bajar cortinas de manera definitiva.

Así lo dijo Cesar Iuit, dirigente de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en el municipio de Othón P. Blanco. Reveló que de enero a la fecha unas 60 tiendas de abarrotes y tendejones se declararon en quiebra y tuvieron que dejar de funcionar.

Las deudas se han vuelto impagables para los propietarios. El encarecimiento de las rentas de los locales y los excesivos cobros en los recibos de electricidad se conjugan para agudizar el problema.

Los afectados por el cierre de sus fuentes de empleo, recurrieron a la búsqueda de otras alternativas para llevar el sustento económico a sus hogares.

La venta de comida y demás productos a través de las redes sociales, es a lo que ha recurrido la población afectada. Esto genera otra problemática ante el crecimiento del comercio informal.

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