A la Desarrolladora de la Riviera Maya nadie la quería pero funcionó desde la década de los 90. Con su creación se buscó dar certeza de la posesión de la tierra a los habitantes de la Colosio, pero está en camino de desaparecer. Este jueves sus socios hicieron una asamblea para su disolución.

La asamblea de socios fue adornada con una manifestación de opositores a la Desarrolladora que por años cobró una supuesta regularización de predios. Nunca dio un solo título de propiedad, pero la documentación que expedía amparó a los habitantes de la Luis Donaldo Colosio ante el Registro Público de la Propiedad.

Disolverla era el siguiente paso

La disolución es luego que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador reclamó a nombre de la Nación el fundo legal de 1 200 hectáreas. Es la superficie que no se ajustó a los decretos de 1973 y de 1980, que era la creación del Playa del Carmen.

Durante años se hizo creer que el terreno de la Colosio pertenecía a la familia Castelazo. Francisco Rangel Castelazo y el ex gobernador Joaquín Hendricks Díaz, crearon la Desarrolladora de la Riviera Maya.

Mediante esa empresa, se lucró con la necesidad de vivienda de la gente que había hecho de la Colosio su lugar bajo la protección de otro ex gobernador, Mario Villanueva Madrid.

Así que la Desarrolladora comenzó a cobrar por la supuesta regularización de los terrenos de las más de 5 mil familias que poblaron la Colosio.

Con la reincorporación de las 1 200 hectáreas a la Nación, se acabó el negocio de la Desarrolladora. Así que este jueves, los socios hicieron la asamblea para su disolución. La asamblea contó con la presencia de Carlos Ríos Castellanos, secretario de Desarrollo Territorial Urbano Sustentable (Sedetus). No habló a los medios.

El 51% de la Desarrolladora pertenece al estado de Quintana Roo. El resto a propia Desarrolladora de la Riviera Maya.