Varios ciudadanos del complejo residencial de Playacar e integrantes del colectivo ambiental Cenotes Urbanos, representado por Roberto Rojo, expresaron su preocupación por el impacto ambiental que generan los nuevos desarrollos inmobiliarios. Como el ocurrido recientemente en dicho complejo residencial, donde se reportó la muerte de una venada y su cría como consecuencia de la destrucción de su hábitat natural.


De acuerdo con el activista, la expansión urbana sin una planeación adecuada está afectando gravemente los ecosistemas locales. Ya que cada nuevo megaproyecto implica la pérdida de selva, la alteración de cuevas, el desplazamiento de especies y la contaminación de cuerpos de agua como el mar y los cenotes, generando un sufrimiento constante para la fauna de la región.


Durante la manifestación realizada el domingo por la mañana, ciudadanos y defensores del medio ambiente se reunieron para exigir a las autoridades y desarrolladores que detengan el modelo de crecimiento actual, y se comprometan a una urbanización responsable que considere la conservación de los ecosistemas. Señalaron que el modelo destructivo ha dejado al estado con cada vez menos selva y arrecifes, elementos esenciales para el equilibrio ecológico.


El ambientalista hizo un llamado a transformar Playa del Carmen en una ciudad que crezca en armonía con su entorno natural, priorizando la empatía con la vida silvestre. Toda vez que se apuesta por un desarrollo inteligente y sostenible, que permita la coexistencia entre seres humanos y naturaleza sin necesidad de destruir los espacios que hacen único al destino.

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