Viviana Salgado, quien estuvo presa en Santa Martha Acatitla acusada de sabotaje al caérsele unas aspas de lavadora en las vías del Metro, exigió este miércoles una disculpa pública por parte de las autoridades capitalinas tras ser absuelta de toda acusación y delito.

Salgado también pidió que la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México investigue el caso.

Fue señalada como “posible saboteadora” y que le ha dejado secuelas económicas, sociales y de salud. 

“Me dañaron mucho, me quisieron agarrar como prueba de sabotaje, para quitarse la culpa de todo lo que pasa en el Metro y eso me dejó muy dañada, también a mi familia”, expresó. 

En un comunicado difundido por su defensa, Viviana indicó que tiene miedo de usar el Metro, y acusó de abuso de autoridad.

“Nos dejaron como delincuentes a mi familia y a mí, como los peores, ahora resulta que soy la delincuente número uno y todo por ser pobre, por eso me mandaron a la cárcel. Se ensañaron conmigo.”, señaló. 

Terrible consecuencias de la persecución

Viviana Salgado, que estuvo presa en el reclusorio femenil de Santa Martha Acatitla, dijo que una de las consecuencias de este proceso es el estrés postraumático.

“Soy una persona sin estudios y a lo mejor el gobierno se aprovecha de mi capacidad de estudios, que no sé cómo defenderme ante ellos”, declaró. 

El asesor jurídico de Viviana, señaló a la titular de la Fiscalía General de la Ciudad de México, Ernestina Godoy y los ministerios públicos a cargo de uso excesivo de funciones.

“Una vez más la fiscalía de Ernestina Godoy criminalizó la pobreza y a pesar de la inexistencia de pruebas, motivó su vinculación a proceso sin sustento. Lo anterior es equiparable al sistema inquisidor”, dijo.  

Benítez Granados explicó que a causa de esta detención, Viviana fue despedida de su trabajo, así como sus dos hijos a causa del estigma social. 

(Con información de Latinus)