Cancún.- Grandes multitudes de padres acompañados de sus hijos se aglomeraron en los cuatro centros de vacunación contra el COVID-19.

Y es que ya se dio el arranque de las jornadas de aplicación de niños de 5 a 11 años de edad.

Al momento en que abrieron las puertas en el domo «Jacinto Canek», la fila de personas le daba la vuelta a la manzana.

El tiempo de espera promedio es dos horas hasta recibir la vacuna. Personal del lugar señaló que tenían 2 mil 600 dosis, con la posibilidad de ir por más.

A diferencia de los adultos, el proceso con menores es más lento, ya que muchos se inquietan o le tienen miedo a la aguja, por lo que es probable que muchos en la fila ya no alcancen lugar, no por falta de dosis, sino por acabarse el tiempo.

La situación era prácticamente idéntica en los domos de la Región 94, 96 y en el Hospital General. Cabe destacar que el «Toro Valenzuela», usado como centro de vacunación, está fuera de estas jornadas, por realizarse allí un curso de verano.

Las jornadas continuarán mañana, la próxima semana de lunes a jueves, y la subsiguiente de lunes a martes.

Entrevistado en el «Jacinto Canek», un padre de familia dijo estar satisfecho con este proceso, que no se le hizo tardado.

«Para la cantidad de gente que había, estuvo rápido», declaró, al señalar que llegó a las 8:15 y salió a las 10:30.

En su opinión, estuvo muy bien que aplicaran esta vacuna, pues todos deben estar protegidos, aunque criticó que no llegaran antes, como en otros municipios en donde la vacunación fue hecha semanas atrás.

Con 10 años de edad, Katy Linette, dijo sentirse mucho más segura ahora que recibió esta vacuna.

«Ya esperábamos mucho este momento, para que toda la familia esté protegida y así podamos vencer esta pandemia», declaró la pequeña, quien dijo que sus compañeros de curso también ansiaban a que llegara esta fecha.

«Dolío un poquito, pero fue rápido», dijo.

La menor exhortó a todos quienes no han querido aplicarse la vacuna a que la hagan, para la seguridad de todos, pues «por largo tiempo esta pandemia nos ha mantenido encerredados».

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